jueves, 23 de diciembre de 2010

Miradas

- ¡Vamos Hombre! Ve hacia allá.
- Pero, si aun no sé qué hacer ¿Qué le digo?
- Solo se honesto, no hagas cosas estúpidas.
- ¡Está Bien! Vamos a ver qué pasa.

Nunca fue un hombre muy decidido. Muchos podrán decir que fue el alcohol lo que lo motivó… pero él no toma.

Se acercó firmemente hacia ella. Su tierno y angelical rostro realmente tenía algo que le llamaba la atención. Pero no fue hasta estar realmente frente a ella cuando cambiaron las cosas.

Sintió un escalofrío que recorrió todo su cuerpo. Llegó a sentirse muy débil. Pero al mismo tiempo sintió unos brazos que lo apretaban, que lo protegían, que lo querían. Entonces pudo ver más allá; logró verse junto a ella. Nunca nadie podría explicárselo, pero en una mirada el cayó rendido a sus pies; pero sintió como si ella lo ayudara a levantarse, y recorrieran largos caminos juntos…

Entonces despertó, y cuando se dio cuenta que aun estaba frente a ella. No había pasado ni un solo segundo. Aun permanecía ahí parado, y solo se atrevió a decir unas palabras que pensó que algún día se arrepentiría de decirlas:

- Hola, disculpa; se que sonará muy raro, pero solo quería decirte que eres la mujer más hermosa del mundo. Eso solamente, no te molesto más, fue un gusto conocerte.

A pesar de todo el ruido del lugar, ella logró escuchar claramente. Él dio media vuelta, y volvió donde estaban sus amigos. Solo pudo decir que sintió algo muy extraño frente a ella. Ellos solo trataron de apoyarlo. Para todos pareció un gran esfuerzo ser así de honesto en su vida. Pero de un momento a otro, se dio cuenta que todo había valido la pena. Sintió como alguien le tocaba la espalda, y al darse vuelta, solo pudo percatarse que esa persona era la misma chica, antes que ella se lanzara sobre sus brazos. El solo pudo reaccionar a abrazarla, cuando ella le susurró al oído “Tranquilo, si yo también me vi junto a ti al mirarte”, y se besaron en una imagen que ellos jamás olvidarían… ni siquiera después de 40 años de casados, por las calles de París.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Grito desde el vacío

El frio camino ya comienza a ser aburrido… parece no haber mucho por estos lados… el camino recorrido todos los días, las calles rodeadas de edificios iluminados parece un desierto, un pueblo fantasma, lleno de seres muertos, zombis que parecen haber perdido por la evolución de la sociedad algo tan esencial que la misma evolución nos ha dado: la sensibilidad y las emociones, el razonamiento y la búsqueda de ideales… pero esto parece haber muerto… tal vez incluso en mi…

Un año, un mundo, un puñal en el corazón; y un tonto que aun no siente ese dolor que por lo menos le diría que está vivo, trataría de buscar la solución a sus problemas. Pero esto parece ser una lucha sin sentido. Un zombi más en las calles, que por dentro se lucha una épica batalla sin rendición para mantener vivo eso que lo podría hacer llamar “humano”. Algo nunca estuvo bien. Nunca se entendió la diferencia entre el individuo y el egoísmo.

Uno a uno los pensamientos agradables, los recuerdos, las alegrías, la felicidad ilógica y libre… va perdiendo el sentido hasta apagarse… incluso en mi corazón. El malvado reinado de la razón pura va abriéndose paso en alguien que pudo decir a alguna otra persona “te amo”… ¿qué es eso? ¿Una clase de patología? ¿O la verdadera identidad del hombre?

Es raro. El concepto de “dar hasta que duela”, de sentir que la solidaridad es una buena profesión, es bastante aceptado. Pero sin dar ni siquiera a mí, el dolor es insoportable. El camino de dejar a un lado los problemas, resolver los problemas del otro, y encontrar en estos las soluciones a los propios problemas, es una idea que siempre me ayudó a crecer. Hoy, lo que perdí de mi fue grande. Lo más valioso perdido fue esta idea. La humanidad siempre la olvidaba, y quien se la recordaba era asesinado. Si tuviera que arrepentirme o avergonzarme de algo, creo que sería de ser un humano. Claro, bajo el concepto que la sociedad impuso, y en toda su historia.

Aun así, sigo siendo alguien que no se rinde. Sigo siendo el mismo inmaduro que cree en la esperanza, en la solidaridad, y que el hombre alcanzará su paz. Tal vez no tenga ideología en este momento, pero sé lo que quiero. Aun soy un ser existente en mi propio universo; aunque no esté vivo en el mundo, si lo estoy en mi mundo. Solo una sensación, un romance, una arenga, una consigna o una lágrima me harán levantarme para conquistar mi mundo. La imaginación no tiene límites… menos el mundo.

Solo espera por mí, mundo, porque el día que vuelva a tomar mis armas, llevaré a la humanidad a conocer sus infinitas fronteras.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Lluvia en mi Corazón

Apoyado en la ventana, veía ese manto cubrir el patio. Sentía como lo abrazaba y cobijaba ese estruendoso y cariñoso ruido. Su mente de seis años no podía asimilar como no podía salir a jugar bajo la lluvia, pero la tía del jardín le decía que se iba a mojar entero, que su ropa quedaría toda húmeda, que se resfriaría, y otras cosas que no podían convencerlo. Solo podía pensar en lo feliz que sería corriendo bajo la lluvia, y chapoteando en el agua, mojándose y sintiendo el frio entrar en sus venas, y como el frío lo cobijaba y lo abrigaba.

En ese momento, a esa edad, comprendió que la gente le tenía miedo a cosas que no había por qué temerle, sino que disfrutar de ellas. Supo que habían cosas que Dios creó para que la vida fuera más plena y más bella; que ayudaban a crecer como persona; que purificaban la mente, cuerpo y alma… y que viviendo de ellas uno podía ser una persona plena. Podía decir que tenía vida.

En ese momento, la tía fue a ver a otro niño que se cayó; y en ese instante corrió hacia la puerta, la abrió, y salió corriendo hacia el patio. Sentía como el agua corría por su infantil rostro, lo cubría entero. Se sentía absolutamente libre, bajo un regalo de Dios para un niño que aun cree en las cosas bellas de la vida. Recordaba incluso los días en que con sus padres jugaban bajo la lluvia, como disfrutaban revolcándose en el pasto mojado, jugando a la pelota, tirándose el agua de los charcos en su casa, y quedándose quietos bajo el agua con los ojos cerrados meditando… una de las cosas que su padre le enseñó desde muy pequeño, y que ahora supo lo bueno que era…

“¡Salve, Lluvia, que purificas nuestras almas de la penumbra de este mundo, iluminando nuestros corazones! ¡No existirá regalo divino más grande que la paz que puedes brindar a los hombres! ¡Ninguna persona en este planeta imaginó algo más hermoso, ni encontrará la forma de pagar este don a la Madre Naturaleza! ¡Jamás habrá premio más grande a la libertad del alma y a la pureza del corazón, mientras sacas lo malo de nuestro ser!”

Y cuando creía que ese instante no podría ser más hermoso…

De un momento a otro, sintió como unas suaves manos, también mojadas, tomaban las de él, subían hasta su rostro… y sintió como los labios más dulces del mundo cubrían los de él. Este momento no podía ser mejor… ¡Era Perfecto!

En ese momento abrió sus ojos, y vio a su amada abrazándolo bajo la lluvia; cómo la lluvia caía como las Cataratas del Iguazú sobre su pelo.
- No te estés mojando aquí. Vamos a clases, que el profesor de semiología ya llegó.
- Eres la lluvia en mi corazón…
- Yo también te amo…

sábado, 27 de noviembre de 2010

Fin del Viaje

Entraba por última vez a este lugar, y justo esta vez no le parecía tan normal… era como si hubiesen pasado varios años, y ahora volviese y sintiera todos sus recuerdos. Se dirigió directamente a lo que por varios años fue su consulta, desde donde dio más que apoyo médico. Fue justamente esto lo que le causó todos sus problemas.

En el hospital de la ciudad Trabajaba alguien muy especial. El no era una persona, era un ideal, ya que logró algo que pocos logran hacer en este mundo: dar toda su vida por el servicio a las personas; dedicaba su trabajo, su atención, su esfuerzo a los que más lo necesitaban. Durante toda su juventud, y mientras estudiaba medicina, siempre soñó con dedicarse a la gente, aunque nunca creyó que podría tener la voluntad para hacerlo. Además que su constante esfuerzo por siempre preocuparse por el más necesitado lo llevó a tener que enfrentarse a muchos problemas y a mucha gente; aunque él creía que hacía lo correcto al dar su vida por salvar la de otros.

A veces, se salía del protocolo del hospital por hacer lo que creía más oportuno en el momento, ya que pensaba que los protocolos no salvaban vidas. Aunque mucha gente que trabajaba dirigiendo el hospital se enojaba con él, todos al final le tenían mucha estimación, la gente lo quería, y sus colegas lo apoyaban. Y después de mucho tiempo, muchos de sus colegas comenzaron a trabajar así, preocupándose más de la gente que del dinero que ganarían; y aunque el gobierno no lo aprobaba, la gente sí, y el hospital siguió funcionando así bastante tiempo.

Tal vez era muy agotador, pero el pensar siempre en lo que lograba, o el ver la sonrisa en la gente a la que ayudaba, le servía para quedar pagado, y poder descansar tranquilo ¿qué más podía pedir?

Pero fue hace pocos años cuando las cosas cambiaron. Un nuevo director del hospital cambió las leyes del hospital, obligando a los médicos a seguir los protocolos establecidos en el hospital, por lo que todos los demás médicos que seguían la idea de ayudar a la gente a toda costa tuvieron que adaptarse a los cambios. Excepto él. Esto conllevó una serie de conflictos con la administración, estando al borde de ser despedido; pero él siempre haría todo por hacer feliz a sus pacientes, para que ellos mantuvieran su derecho a la salud. Pero en un momento a otro todo cambió…

20:37, llega al hospital una señora con un problema grave. Sin embargo, había otros casos que estaban antes por prioridades establecidas en el hospital. La señora seguía empeorando, y posiblemente se desmayaría, y podría sufrir algún daño neuronal. Como él vio que nadie ayudaba a la señora, acudió inmediatamente a asistirla. Justo en este momento, aparece el director del hospital, quien encontró que esta falta al protocolo de atención de urgencia era ya lo último que podría tolerar. Tal vez era mucho lo que aguantó el director del hospital, o solo lo encontró en un mal momento… pero su carrera en este hospital terminaba para siempre… debía recoger sus cosas mañana.

Tantos amigos, tanta solidaridad y sangre derramada… tantos momentos que llenaron su vida. No los quería dejar ir. El era parte del hospital… y el hospital era parte de él.

Al día siguiente, entraba por última vez a este lugar, sintiendo por cada pasillo los recuerdos de sus experiencias ayudando a la gente. Quedaban impregnadas en las paredes todos los sacrificios hechos para siempre atender a quien lo necesitaba. Pero no se esperó que en el Box donde atendía hubiese tanta gente esperándolo. Todos querían despedirse de la persona más grande que había pasado por este hospital. Fueron lágrimas que embellecieron el momento. Todos tenían algo que agradecerle por lo que hizo, no solo a la gente, sino también en las personas que trabajaban con él. Pero ya era tiempo de partir. Este ya no era su lugar.

Saliendo del establecimiento, el director del hospital lo detuvo. Parecía un tanto inquieto y triste, distinto al día de ayer:
- Mira, se que ayer te dije que te fueras porque siempre pasas a llevar el reglamento del hospital. Pero realmente tú has hecho más por este lugar y por las personas de lo que cualquiera podría hacer… Me arrepiento totalmente por lo de ayer… Si vuelves, dejaré mi cargo a disposición para que otro pueda tomarlo… incluyéndote.

- Gracias señor. Realmente agradezco sus palabras. Pero por años he estado reservando mi servicio solo a este lugar. Allí afuera hay más gente que me necesita. Sé que no podré ayudarlos a todos, pero vale la pena intentar esta travesía. Ha llegado el fin de mi viaje en este lugar, y es momento de comenzar un nuevo camino, hacia nuevos rumbos. Allí afuera me espera el mundo herido… espera mi ayuda… espera la ayuda del mundo…

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Incondicional

“¡Eres un maldito irresponsable! ¡Imbécil de Mierda! ¡Arruinaste toda mi vida! ¡No eres el único que lo perdió todo! ¿Sabes?”

Ni el ruido de las olas chocando en las rocas podía distraerlo en este momento, sacarle de su mente todos los problemas que tenía; aún escuchaba los gritos de su novia. Para él, esto ya no tenía solución, y peor no podría estar. A pesar de todo, aun no podía entender cómo llegó a esta situación. Todo parecía controlado. La vida era tranquila y normal para todos… hasta que un pequeño error, un tambaleo…

Una vida mejor no podía pedir: ¡era perfecta! Empleo estable en una constructora, progresando paso a paso para llegar hasta donde estaba; una novia con la que estaba comprometido a casarse en unos meses más; y en camino… alguien cuya vida parecería que se arruinaría en cuanto llegara… su primera hija. Todo para llegar donde estaba fue por su propio esfuerzo. Un alumno destacado, buen hijo, de una familia sin muchos recursos, siempre saliendo adelante. A pesar de todo, siempre disfrutó de la vida, pero con responsabilidad; y siempre con sus metas por delante, enfocado en lo que quería, jamás lo arruinaría. Su novia, la conoció en la secundaria, y desde esa época han estado juntos. Ella siempre fue su protección y su calma. Ahora eso solo lo obtenía del mar… quizás por cuantos minutos más… “Tan difícil construir y tan fácil destruir… cómo pude arruinarlo todo”.

Realmente, a esta altura ya no podía creer que había errores que pudiesen repararse o perdonarse. Una pequeña recaída era síntoma de una vida completamente arruinada. Levantándose hace unas semanas, se sintió un poco enfermo, pero quiso ir a trabajar de todas formas, pero su problema se agravó en el trabajo y tuvo que ir al hospital, en donde los médicos le hicieron varios exámenes, ya que había algo sospechoso. A los días después, llega a la casa un sobre del servicio de salud, con la peor noticia que podría recibir en su vida. En ese momento su vida se desmoronó totalmente, y solo necesitaba unas pocas letras en un papel… Tenía SIDA…

“Esto… ¡Esto es Imposible! ¡No puede ser! ¿¡Como ocurrió!? ¿¡Cuándo!?”. La consternación aun lo envolvía, le era inentendible esta situación. Como pudo arruinársele tanto la vida, su reputación, su trabajo, su novia, si hija, su familia entera ¡Todo Arruinado! Ya sentía los ojos de todos sus conocidos acosándolo, culpándolo, atacándolo. Y de un momento a otro recordó a que se debía todo: una fiesta con unos antiguos amigos. El sabía que ellos estaban cambiados, y que tal vez no era buena idea estar con ellos, pero entendió que era su culpa por no cuidarse. El nunca fue de excesos, pero el ambiente, el alcohol, las mujeres… Jamás había engañado a su novia, y en una noche fue capaz de arruinarlo todo. Nada le importó, igual como ahora frente al mar, parecía que nada más importaba.

“¿Qué mierda se te pasó por la cabeza? ¡Arruinaste la vida de todos nosotros! ¡No solo tu vida se arruinó! ¿¡Cómo pudiste engañarme así!? Lo teníamos todo, incluso lo que vendría en nuestras vidas. ¡Todo! ¿¡Cómo pudiste arruinarlo así, Irresponsable!? ¡Imbécil de Mierda!...”
Ya en ese momento las lágrimas de su amada recorriendo su rostro le impactaban más que toda esta situación, o que lo que ella le decía. Cuando él intentó secarle las lágrimas, ella le golpeó la mano: “No me toques. Y ni creas que lo solucionarás diciendo que todo estará bien, porque no es así”. Lo último que vio fue a ella partir a su habitación entre lágrimas. Imagen que ahora es reemplazada por el mar bajo sus pies en el risco en el que estaba… Tal vez la última imagen en su vida.

“No tengo para qué alargar más esto”. Se colocó al borde del risco, y al extender sus manos sintió como el viento recorría su cuerpo, como si la naturaleza lo abrazara para cobijarlo, o para protegerlo. “Nada me queda hoy en este mundo, así que le pido a la naturaleza que me lleve con ella hacia mi último viaje”. Pero el sonido del cierre de una puerta lo detuvo antes de saltar.

- ¿Cómo supiste que estaba aquí?
- Siempre vienes aquí cuando tienes algún problema, es tu lugar favorito ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
- Unas cuantas horas, meditando, desde que me fui de la casa… antes de terminar.
- ¿Así lo solucionas todo?
- No me queda más aquí. Solo les he arruinado la vida. Creo que haré menos daño lejos de ustedes.
- Nos has dado todo en la vida. Has dedicado todo de ti hacia nosotras, especialmente hacia mí en todo el tiempo que te conozco.
- Pero aun así lo arruiné. El error fue mío.
- Pero no por eso te abandonaría – ella lo abraza, y un escalofrío recorrió su cuerpo – sabes que prometí estar contigo por siempre.
- ¿Aunque ya no quede nada?
- Aun nos tenemos a nosotros. Y estaré contigo siempre… porque te amo.

El solo pudo sentarse y romper en lágrimas, mientras ella lo abrazaba por la espalda. En ese momento comprendió que ella siempre fue su fortaleza que le permitió seguir adelante, mantener su camino.

Volvieron juntos a casa, y comenzaron a prepararse para lo que les depararía la vida, el futuro de su hija que estaba en camino, un nuevo camino. Porque sabiendo que tenía al amor de su vida al lado, nada perecía imposible… siendo todo por ella, seguiría peleando hasta su último aliento por su amor incondicional…

jueves, 4 de noviembre de 2010

Sinopsis...

Previa de lo que se viene...

"La luna iluminaba su camino, era su única compañera además del frio viento que recorría las calles de una ciudad fantasma, otrora glamorosa; y ella era su única habitante, condenada a vagar en el recuerdo de un pueblo devastado por la muerte y la hambruna, cargando el peso de los pecados de la humanidad. El ruido del viento moviendo los cadáveres de los árboles y golpeando las ventanas de las casas abandonadas le recordaban a cada momento el profundo terror que se vivió en el mundo, su gente, su familia… su amor… Escuchaba el llanto de niños y madres, los disparos impactando los cuerpos de inocentes, y en su retina parecía que veía correr ríos de sangre derramada por las calles; los crímenes humanos que, por lo menos según ella, jamás volverían a ocurrir…


Solo quedaba ella con vida, y no solo era la ciudad la que despertaba esos malos recuerdos, sino también las cicatrices que aún sentía como ardían en su rostro y su cuerpo. Y aunque quisiera alguna compañía, sabía que nadie aparecería por ahí… y no la merecía…

Guerras nucleares habían dejado el mundo devastado, por lo que ella y su familia tuvieron que dejar esa humilde casa en los suburbios de Praga, para poder escapar a alguna ciudad alejada de todo este caos: su nueva vida la esperaba en Montevideo, aunque no sería muy tranquila. Asia, Europa, Australia, y Norteamérica, incluyendo México y cuba, pasaron a ser escenas del daño que la ambición, el odio y la tecnología causan al mundo; en una guerra causada netamente por el neoliberalismo y el poder que se le dio a las grandes empresas. Solo Nueva Zelanda, África Subsahariana y Sudamérica, desde Nicaragua hacia el sur, sobrevivieron a este holocausto; pero estos tres sectores estaban aislados, y por causa del invierno nuclear, no sabían hasta este momento lo que ocurría en los otros sectores.

Esperaban empezar una nueva vida, tranquila, donde ya hubiesen aprendido de los errores… pero más cosas pasarían que no dejarían a nadie tranquilo…."

... Continuará...

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Sobrevivientes (2° Parte)

Algo raro había. El ruido de las vertientes cercanas llegaba a ser perturbador, y las sombras que generan las formas de las cavernas eran terroríficas; pero ellos debían seguir para ver si encontraban algún lugar para volver a vivir en la superficie terrestre. Llevaban dos días en estas cuevas, cuyo origen era totalmente desconocido, no veían más que rocas que solo angustiaban más la caminata. Sentían que se habían perdido, y solo se tenían a ellos mismos y a la esperanza de la gente de encontrar algún lugar, lo que los había llevado a estar más cercanos últimamente, a conocerse más, y a seguir adelante. Los alimentos ya se estaban acabando, y no habían encontrado nada en esas cuevas, aunque agua no les faltaba; pero cada día sentían que arriesgaban más sus vidas y la de las personas que los esperaban con buenas noticias, sentían que perdían el tiempo y que su fin estaba cerca. Si solo algo los ayudara a encontrar una salida o una respuesta para salvarse todos... pero nada les devolvió el ánimo, y solo seguían caminando con apenas unas gotas de esperanza.

Después de una larga caminata, antes de tomar un descanso, un extraño pero muy suave ruido llegaba desde un sector de las cavernas, hacia el cual se dirigieron rápidamente. No sabían lo que encontrarían, ni siquiera si esto los ayudaría o no. A lo lejos vieron una luz que zumbaba sobre un pequeño poste alumbrando a la pared de la caverna. Tenía escrito un mensaje en un extraño idioma, tal vez en una lengua muerta. Trataron de identificar el idioma y descifrar que decía, y pasaron horas intentando entenderlo; pero estaban cansados, y el agotamiento no los dejaba pensar bien, por lo que decidieron descansar y seguir temprano al día siguiente.

En medio de su descanso, como un pequeño recuerdo que iluminó su sueño, Liu recordó que su madre era antropóloga, y que cuando pequeña, ella le enseñó varios idiomas; entonces ella abrió sus ojos, se levantó rápidamente a mirar el muro y lo descubrió inmediatamente: "¡Arameo!". Malacky se levantó apresurado para ver qué estaba haciendo, mientras ella con un lápiz y un papel traducía lo más rápido posible. Había perdido el sueño, y por alguna extraña razón que él no entendía, la esperanza de Liu aumentaba.

-¡Lo tengo! - Dijo Liu rápidamente - parece que sé de qué se trata.
-Pero ¿qué es?
-Una especie de acertijo, tal vez de hace miles de años, pero descubierto, según yo, no hace mucho. Podría decir cómo salir, o de que se tratan estas cuevas. No creo que hayan avanzado mucho en sus investigaciones.
-¿Y dice como salir de aquí, o lo que hay más allá de esta maldita cueva?
-No lo sé, creo que hay algo como un camino a un paraíso, y creo que tiene unas trampas, pero aun no es seguro. Dame un poco más de tiempo.
-Está bien, pero realmente no nos está quedando mucho tiempo - Afirmó Malacky.

En ese momento un extraño ruido comenzó a sonar en el radio, considerando que hace mucho que no escuchaban nada, aunque no distinguían muy bien que ruido era. No sabían que estaba pasando, ni lo que les esperaba, pero por lo menos la esperanza no había muerto...

sábado, 21 de agosto de 2010

Ultimo Aliento

“Se levantó, después de la polvareda que quedó en el campo, tratando de observar si aun había algo con vida a su alrededor; pero se llevó una triste sorpresa: era el único en pie. Desde su distancia aún veía las líneas enemigas en pie; tras ellas, las personas que fueron tomadas de rehenes de la forma más injusta posible, los bosques y los animales sufriendo por los incendios, los paisajes explotados hasta sus últimas gotas de recursos.

Cuando ya se puso de pie, recordó cómo pasó todo: la traición a los últimos gobiernos, la llegada de los poderes de otros lados a seducir a los líderes del país, la opresión contra toda libertad de culto, los católicos y los comunistas perseguidos por igual, solamente por pensar, todos sus compañeros asesinados a punta de fusil por luchar por la humanidad… hasta el punto de recordar que ellos eran la última línea de resistencia, mientras su mirada solo veía su ciudad devastada y sumida en llamas por no seguir a las grandes cabezas.

En ese instante volvió a sentir un frío que le era totalmente desagradable, que lo hacía retroceder, no quería seguir porque sabía las consecuencias y las oportunidades que tenía en ese momento: quería arrancar. Sus oportunidades eran casi nulas, no podría hacer nada.

Pero de un momento a otro, ese frío fue acompañado de otra sensación, un recuerdo de su padre, que le había dicho: “al final ¿qué prefieres? ¿Libertad o felicidad? Recuerda que los hombres somos una pequeña partícula de tiempo, y los Ideales son inmortales. Pero cuando un hombre lucha con su vida por realizar un ideal, es él quien pasa a ser inmortal”. Solo en ese momento se decidió por lo que debía hacer, se sentía sumergido en el mar, con la garganta llena de agua y presionada, pero aun así se sentía vivo. Tomó esas energías, levantó sus armas, y corrió hacia su oponente para luchar por la última esperanza.

Después de esto, un destello llenó su corazón, iluminó su rostro y sus armas, y envolvió al mundo. Desde ese momento, el fue libre, sus enemigos desaparecieron del planeta, y el quedó en la retina de la gente por la eternidad.”

lunes, 14 de junio de 2010

Esa Estrella En El Cielo

Hay cosas que uno no espera en la vida, cosas que a veces cuando pasan delante de uno, no parecen tener mucho valor, pero es solo porque no les prestamos atención. Pero cuando le dedicamos un tiempo a observar detenidamente, somos capaces de observar una belleza inmensa… especialmente cuando ya de por si son hermosas, no se le puede encontrar imperfección alguna. Te das cuenta que estás frente a una belleza ilimitada. Pero… ¿qué pasa cuando esta belleza se encuentra a un nivel casi inalcanzable? Parecen estar al alcance de la punta de tus dedos, pero te das cuenta que está más allá de ti, que jamás estarás ahí para disfrutar de ella.

Caminando en una helada y solitaria noche de primavera, nada parecía dar rumbo a un solitario camino que solo podría visualizar un horizonte en mi interior, pero ni siquiera eso lograba conseguir. Las calles estaban deshabitadas, solo caminaban cuerpos inertes alrededor mío, y sus emociones parecían fríos reflejos de algo que alguna vez pasó por mí. Ni la luna llena, ni las luces de la ciudad eran capaces de iluminar mi camino. O por lo menos eso creí hasta ese momento. Un pequeño destello alejado comenzaba a iluminar los pasos que estaba dando; y al ver el origen de ese brillo, era una pequeña, pero a la vez brillante estrella que parecía tan gloriosa, tan magnífica, tan hermosa, tan calurosa y cercana; pero a la vez tan alejada. Jamás pensé que iba a encontrar el camino gracias a la ayuda de una belleza tan distante.

Así fue como pasaban los minutos, las horas, los días, ayudado en mi camino por ese astro, que ni siquiera sabía que tan lejos estaba de mí, aunque siempre soñé con llegar a donde se encontraba, tal vez solo para darle las gracias por volver a darle ánimo a mi vida. Pero aun así, la distancia hacía demasiado daño, y el saber que solo desde la distancia podía estar con ella, era un puñal, una herida que, por suerte, se curaba con su luz, con su existencia. El hecho de no poder estar ahí para demostrarle lo agradecido que estoy, y pagarle por haberme hecho tan feliz me desesperaba; y entré en un circulo de tristeza.

Es así como la ambición de los hombres limita sus pensamientos y emociones, y los daña por dentro, sin ser capaces de valorar, solo ambicionar. Es por eso que hoy, aunque aún sueño con agradecerle y pagarle por lo feliz que me ha hecho, me es mejor disfrutar en esas frías noches de soledad acompañado de su luz, incluso en los días nublados, porque es la única luz capaz de traspasar todas las barreras para iluminar mi corazón, mi camino, y mis ideales que junto a ella me sustentan en la vida; y así disfrutar de la compañía, tal vez, lejana de esa estrella en el cielo, que, aunque yo no esté en ella, se que ella está en mí.

Dedicado a ti, que iluminas todos mis días y mis noches

domingo, 16 de mayo de 2010

14 de Julio

Llevaban siglos de oscuridad, siglos de terror y tiranía. La opresión parecía ser la misma, hasta que un sol negro se asomó por el horizonte, y sus ultimos días parecían hacerse más turbulentos. Un sol que parecía tan pequeño, fue capaz desde el principio de ser poderoso. El miedo corría por las calles de esas, aparentemente, majestuosas ciudades, que escondían la pobreza tras la falsa belleza para el extranjero. El miedo entraba en sus casas, los oprimía, los desesperaba. Ya habían dejado de ser personas: perdieron su libertad. Una nación que pareció tan distinta, y con muchas esperanzas, demostró que siempre estuvo en decadencia. Desde las costas de Normandía hasta el mar Mediterraneo, el terror de un tirano que quiso ser Dios, incluso contra su propio Dios, dominó la vida de gente que solo tenía sus sueños como refugio.

Pasaron años bajo ese negro y opresor sol, que solo les quitaba la vida. Y llegó el momento en que este sol llegó a su ocaso, mas la luz no llegó. Sus sucesores fueron capaces de mantener la oscuridad, y la gente no tuvo más remedio que seguir encerrada en sus sueños, que parecían ser invulnerables a la oscuridad esparcida por ese sol perverso. A pesar de todo, el espacio de los sueños en los corazones de aquellas personas parecía hacerse más pequeño, y la tristeza era más predominante en las casas, y la unión familiar llegaba ser la unica forma de combatir la opresión. La impotencia de un pueblo se hacía cada vez más visible, y parecía una bomba de tiempo, que desembocaría en un terrible caos donde las víctimas serían ellos mismos. Mientras tanto, los descendientes de los que esparcieron el terror podían vivir, disfrutar y jactarse de tener para ellos la luz de un sol radiante, que les daba vida... hasta ese momento...

Pero los vientos de los mares fueron capaces de llevar su frescura hasta lo más interno de esta nación, corriendo por todas las calles, haciendo reaparecer la primavera en un pueblo que no era capaz de observar hace mucho el nacimiento de una flor. Y una palabra comenzó nuevamente a resonar en las casas y en los corazones de las personas, pudiendo ver un pequeño destello de luz cada vez que escuchaba esa palabra: Esperanza. Multitudes secretas empezaron a hacer brillar el sol que da vida en los rostros de aquellos que habían vivido oprimidos por tantos años, y por primera vez en siglos, aquellas bellezas en paisajes, en parques, en monumentos y en colosales edificios, pudieron reflejar la belleza de su pueblo. Empezaron a renacer elementos que parecían extintos, que a ellos les parecían extintos: Ideales, Pensamientos, Libertad, Lucha, Fraternidad, Derecho, Justicia y Libertad. Las ideas eran las que ahora se paseaban libremente por las calles, asesinando libremente al terror, y la gente celebraba ese derrame de sangre, mostrando sonrisas hacia el cielo. Pero esto no era el fin de la lucha que ellos querían...

Las discusiones en los bares, en las casas, en las calles y en las plazas sobre la lucha que debían realizar se hacia más fuerte. Pero necesitaban un instante donde ellos, junto a sus sueños, sus ideales y su libertad se fusionaran en uno solo. Las grandes voces que movieron esta lucha siguieron perseverando en la necesidad de consagrar sus ideales, ser lo que necesitaban ser: Un Pueblo Libre. Y tomaron la desición, debían volver a ser un pueblo unido, libre, igualitario y fraternal. Debían Luchar...

Y algo hizo que los ideales se elevaran a lo más alto, que los sueños fuesen capaces de transformar la realidad, que el grito de libertad iluminara los cielos de Paris. Nadie sabe qué fue, pero todo en lo que creían se unificó en una sola fuerza, que fue capaz de derribar las murallas de la fortaleza del secreto, del lugar sin justicia. Y los herederos del rey sol perdieron todo su poder, y la luz que ellos tapaban por fin pudo iluminar a toda una nación que parecía no conocer de luz, de verdad y de libertad.

De ahí en adelante, fue un efecto dominó, ya que nada pudo detener la caida de este reino del terror. Han pasado más de doscientos años, y muchas vivencias tambíen han llenado la historia de este país. Sin Embargo... una historia fue capaz de demostrar que la humanidad si puede luchar por acercarse a un concepto que parece tan utópico, en especial cuando todo parece en contra, y se es capaz de mantener siempre la ilusión de soñar, de ser libres y de vivir.

Francia aprendió, y le enseñó a la humanidad a vivir con Libertad, Igualdad y Fraternidad, consagrándose en un momento: 14 de Julio de 1789



VIVE LA LIBERTÉ!

martes, 30 de marzo de 2010

"La Emoción Del Ideal" de Jose Ingenieros

"Cuando pones la proa visionaria hacia una estrella y tiendes el ala hacia tal excelsitud inasible, afanoso de perfección y rebelde a la mediocridad, llevas en ti el resorte misterioso de un Ideal. Es ascua sagrada, capaz de templarte para grandes acciones. Custódiala; si la dejas apagar no se reenciende jamás. Y si ella muere en ti, quedas inerte: fria bazofia humana. Solo vives por esa partícula de ensueño que te sobrepone a lo real. Ella es el lis de tu blastón, el penacho de tu temperamento. Innumeranbles signos la revelan: cuando se te anuda la garganta al recordar la cicuta impuesta a Sócrates, la cruz izada para Cristo y la hogera encendida a Bruno; cuando te abstraes en lo infinito leyendo un diálogo de Platón, un ensayo de Montaigne o un discurso de Helvecio; cuando el corazón se te estremece pensando en la desigual fortuna de esas pasiones en que fuiste, alternativamente, el Romeo de tal Julieta y el Werther de tal Carlota; cuando tus sienes se llenan de emocion al declamar una estrofa de Musset que rima al acorde con tu sentir; y cuando, en suma, admiras la mente preclara de los genios, la sublime virtud de los santos, la magna gesta de los héroes, inclinándote con igual veneracion ante los creadores de la Verdad o de Belleza.

Todos no se extasían, como tú, ante un crepúsculo, no sueñan frente a una aurora o cimbran en una tempestad; ni gustan de pasear con Dante, reir con Molière, temblar con Shakespeare, crujir con Wagner; ni enmudecer ante el David, la Cena o el Partenón. Es de pocos esa inquietud de perseguir ávidamente una quimera, venerando a filosofos, artistas y pensadores que fundieron en sístesis supremas sus visiones del ser y de la eternidad, volando más alla de lo real. Los seres de tu estirpe, cuya imaginación se puebla de ideales y cuyo sentimiento polariza hacia ellos la personalidad entera, forman raza aparte en la humanidad: Son Idealistas.

Definiendo su propia emoción, podría decir quien se sintiera poeta: el Ideal es un gesto de espíritu hacia alguna perfección".
Jose Ingenieros, "El hombre Mediocre" (1913)

Sobrevivientes (1º parte)

Un dolor en el rostro era lo que más marcaba esta excursión. Dolor por las constantes tormentas de arena, por el sol que pegaba tan fuerte, por el cansancio por tantos días de caminata, lejos del refugio donde habían pasado tantos años esperando, a pesar que muchos ya habían perdido la esperanza. Llevaban ya varios kilómetros lejos del refugio, del lugar que los cobijó y los vio crecer hasta convertirse en los adultos que hoy son, que parecen perder toda la vitalidad que pudieron obtener en su ahora ex hogar. Llevaban 10 días caminando por el desierto, y aun no encontraban ni un solo rastro de vida, solo este eterno paisaje arenoso que quería verlos muertos, pero ellos seguían y seguían caminando, sin perder la fe en que podrían encontrar algún lugar para poder vivir. Una chica perseverante, alegre y siempre preocupada por los demás; Liu había aprendido todo sobre el arte de la medicina de su padre, venía de lo que antes era Corea del Norte. Malacky, hijo de un soldado de elite de la desaparecida república de Israel, su padre lo entrenó para la sobrevivencia y para situaciones difíciles, en especial en caso que los recursos se agotaran… su difunto padre no sabría cuanto necesitaría ese adiestramiento en este momento.

Con tantos días caminando, y sin nada que hacer más que caminar y conversar, a ambos los asaltó el recuerdo de cómo llegaron a ser los elegidos en esta misión, y la respuesta fue una sola: eran los únicos con esperanza. Después de muchos días de discusión, luego de haber perdido las comunicaciones con los otros ocho refugios que quedaban en el mundo para los sobrevivientes del gran desastre del 2047, sabiendo que después de haber pasado casi veinte años escondidos, decidieron que era mejor buscar algún lugar habitable, antes que esperar a que los salvaran, siendo que solo quedaban recursos para seis meses, o como máximo un año. Fueron estos dos chicos los que tuvieron que salir a buscar un lugar nuevo para vivir. Llevaron solo lo necesario para poder desplazarse rápido, y poder guiarse en un camino de vuelta. Solo encontraron un problema, y era que como mucho los alimentos y el agua les alcanzarían para quince días, y ya estaban demasiado cansados.

Desde varios días antes de la expedición, la tormenta de arena azolaba todo el desierto, y aun no cesaba. Apenas pudieron distinguir el refugio unos kilómetros después de salir de él. Ya estaba anocheciendo, pero a pesar de la poca luz, pudieron ver un lugar para dormir esa noche. Al otro día, milagrosamente, la tormenta había cesado; y cuando fueron a ver donde se habían refugiado se dieron cuenta que era una cueva en una montaña: habían llegado a una cordillera. Luego, cuando se dieron cuenta, la cueva era más profunda de lo que pensaban, así que decidieron seguir hacia adentro, pensando que podrían encontrar algún lugar al otro lado de esa cordillera, por lo que se aventuraron hacia el túnel, sin saber qué tipo de sorpresas les esperaban...