miércoles, 10 de noviembre de 2010

Incondicional

“¡Eres un maldito irresponsable! ¡Imbécil de Mierda! ¡Arruinaste toda mi vida! ¡No eres el único que lo perdió todo! ¿Sabes?”

Ni el ruido de las olas chocando en las rocas podía distraerlo en este momento, sacarle de su mente todos los problemas que tenía; aún escuchaba los gritos de su novia. Para él, esto ya no tenía solución, y peor no podría estar. A pesar de todo, aun no podía entender cómo llegó a esta situación. Todo parecía controlado. La vida era tranquila y normal para todos… hasta que un pequeño error, un tambaleo…

Una vida mejor no podía pedir: ¡era perfecta! Empleo estable en una constructora, progresando paso a paso para llegar hasta donde estaba; una novia con la que estaba comprometido a casarse en unos meses más; y en camino… alguien cuya vida parecería que se arruinaría en cuanto llegara… su primera hija. Todo para llegar donde estaba fue por su propio esfuerzo. Un alumno destacado, buen hijo, de una familia sin muchos recursos, siempre saliendo adelante. A pesar de todo, siempre disfrutó de la vida, pero con responsabilidad; y siempre con sus metas por delante, enfocado en lo que quería, jamás lo arruinaría. Su novia, la conoció en la secundaria, y desde esa época han estado juntos. Ella siempre fue su protección y su calma. Ahora eso solo lo obtenía del mar… quizás por cuantos minutos más… “Tan difícil construir y tan fácil destruir… cómo pude arruinarlo todo”.

Realmente, a esta altura ya no podía creer que había errores que pudiesen repararse o perdonarse. Una pequeña recaída era síntoma de una vida completamente arruinada. Levantándose hace unas semanas, se sintió un poco enfermo, pero quiso ir a trabajar de todas formas, pero su problema se agravó en el trabajo y tuvo que ir al hospital, en donde los médicos le hicieron varios exámenes, ya que había algo sospechoso. A los días después, llega a la casa un sobre del servicio de salud, con la peor noticia que podría recibir en su vida. En ese momento su vida se desmoronó totalmente, y solo necesitaba unas pocas letras en un papel… Tenía SIDA…

“Esto… ¡Esto es Imposible! ¡No puede ser! ¿¡Como ocurrió!? ¿¡Cuándo!?”. La consternación aun lo envolvía, le era inentendible esta situación. Como pudo arruinársele tanto la vida, su reputación, su trabajo, su novia, si hija, su familia entera ¡Todo Arruinado! Ya sentía los ojos de todos sus conocidos acosándolo, culpándolo, atacándolo. Y de un momento a otro recordó a que se debía todo: una fiesta con unos antiguos amigos. El sabía que ellos estaban cambiados, y que tal vez no era buena idea estar con ellos, pero entendió que era su culpa por no cuidarse. El nunca fue de excesos, pero el ambiente, el alcohol, las mujeres… Jamás había engañado a su novia, y en una noche fue capaz de arruinarlo todo. Nada le importó, igual como ahora frente al mar, parecía que nada más importaba.

“¿Qué mierda se te pasó por la cabeza? ¡Arruinaste la vida de todos nosotros! ¡No solo tu vida se arruinó! ¿¡Cómo pudiste engañarme así!? Lo teníamos todo, incluso lo que vendría en nuestras vidas. ¡Todo! ¿¡Cómo pudiste arruinarlo así, Irresponsable!? ¡Imbécil de Mierda!...”
Ya en ese momento las lágrimas de su amada recorriendo su rostro le impactaban más que toda esta situación, o que lo que ella le decía. Cuando él intentó secarle las lágrimas, ella le golpeó la mano: “No me toques. Y ni creas que lo solucionarás diciendo que todo estará bien, porque no es así”. Lo último que vio fue a ella partir a su habitación entre lágrimas. Imagen que ahora es reemplazada por el mar bajo sus pies en el risco en el que estaba… Tal vez la última imagen en su vida.

“No tengo para qué alargar más esto”. Se colocó al borde del risco, y al extender sus manos sintió como el viento recorría su cuerpo, como si la naturaleza lo abrazara para cobijarlo, o para protegerlo. “Nada me queda hoy en este mundo, así que le pido a la naturaleza que me lleve con ella hacia mi último viaje”. Pero el sonido del cierre de una puerta lo detuvo antes de saltar.

- ¿Cómo supiste que estaba aquí?
- Siempre vienes aquí cuando tienes algún problema, es tu lugar favorito ¿Cuánto tiempo llevas aquí?
- Unas cuantas horas, meditando, desde que me fui de la casa… antes de terminar.
- ¿Así lo solucionas todo?
- No me queda más aquí. Solo les he arruinado la vida. Creo que haré menos daño lejos de ustedes.
- Nos has dado todo en la vida. Has dedicado todo de ti hacia nosotras, especialmente hacia mí en todo el tiempo que te conozco.
- Pero aun así lo arruiné. El error fue mío.
- Pero no por eso te abandonaría – ella lo abraza, y un escalofrío recorrió su cuerpo – sabes que prometí estar contigo por siempre.
- ¿Aunque ya no quede nada?
- Aun nos tenemos a nosotros. Y estaré contigo siempre… porque te amo.

El solo pudo sentarse y romper en lágrimas, mientras ella lo abrazaba por la espalda. En ese momento comprendió que ella siempre fue su fortaleza que le permitió seguir adelante, mantener su camino.

Volvieron juntos a casa, y comenzaron a prepararse para lo que les depararía la vida, el futuro de su hija que estaba en camino, un nuevo camino. Porque sabiendo que tenía al amor de su vida al lado, nada perecía imposible… siendo todo por ella, seguiría peleando hasta su último aliento por su amor incondicional…

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