sábado, 19 de febrero de 2011

Jaula de Ave

Un pequeño ruido dejaba de sonar en sus oídos, el susurro de su madre ya desaparecía en el viento, se alejaba totalmente de ella. Ya no seguía el recorrido trazado, la migración quedo a un lado. Ahora podría sentir la verdadera fuerza del viento en su cara; podría disfrutar del vuelo, del aire, saber lo que era flotar en el vacío. Nunca se había dado cuenta de lo verde que eran los prados, lo azul que eran los ríos y los mares, lo blanca que eran las nubes... las suaves nubes que podía tocar fácilmente. Los horizontes por fin dejaban de ser inalcanzables, especialmente ahora que podía ver el límite que generaban los acantilados. Si solo faltaba tan poco...

Después del primer vuelo, la libertad llega muy prontamente; aunque lo que sintió en ese momento no lo había sentido desde hace mucho. Por sus plumas pasaba el helado viento de las montañas, pero ahora lo sentía más frio que de costumbre, la emoción hacía disfrutar mucho el momento.

Parecía que su soledad podría atormentarlo, pero la libertad de pertenecer al vacío lo protegía de cualquier temor; su sangre llevaba la tranquilidad y la esperanza que su corazón había guardado por años, pero que hoy estaba reflejado en sus ojos, volando en el infinito del universo: Estaba vivo. Pero su soledad quedaba de lado, cuando vio un grupo que también disfrutaba volando libremente y se unió a ellos. Un vuelo a lo más alto del firmamento, alcanzando el sol, y luego una caída hacia el mar, sintiendo la velocidad en sus rostros, la felicidad y la libertad llenaban sus cuerpos. Él cayó con los ojos cerrados, el miedo lo había abandonado por completo, solo esperaba el abrazo del mar...

“¡DESPIERTA!”


Sus ojos se abrieron de golpe. Estaba de vuela acompañando a sus padres y toda la bandada. Volvía a la cuadrada ruta que debían recorrer para llegar antes del invierno. Aun a él le sorprendía cómo era posible que, teniendo la posibilidad del vuelo y el mundo para ser libre, había encerrado su vida y dejado sus emociones de lado. Nunca había estado en una jaula de aves, pero sentía como si hubiese vivido toda su vida en una.

"Desde el momento que eres libre, nada puede evitar que vivas tu vida"

3 comentarios:

  1. El juicio, la codicia, el odio, el rendirse, y muchas otras cosas son nuestras jaulas de cristal, aprender a romperlas y ser libres depende de uno. Incluso un hombre encadenado puede ser libre si asi lo desea.

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  2. libertad, palabra abstracta con tantas excepciones que libertad queda casi utópica a ellas.
    Escribes bien celosillo, sigue así.

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  3. pajariiiito..!!
    [el comentario intelectual del dia]

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