lunes, 12 de octubre de 2009

Interior

He aquí una historia que el viento susurró en mis oídos...

"Un joven que trataba siempre de vivir una vida en alegría y sueños, disfrutando con sus amigos, nunca fue siempre lo que fue, ya que lo que nunca le dijo a nadie, fueron sus sentimientos, que era tímido e introvertido... Esto no era solo cuestión de personalidad, sino que era porque dentro de su corazón vivía un monstruo, que lo obligaba a reprimirse muchas de las cosas que sentía, que quería expresar al mundo, y que lo atemorizaba todas las noches. Este joven solo podía sacar lo que sentía en las ideas de sus ideales; y fue así como conoció a alguien: una linda chica, alegre, extrovertida, cariñosa, que siempre trataba de hacer lo que sentía; y que un día vio los ojos de este joven, y pudo ver los sentimientos que llevaba en su corazón, más allá de lo que podía ocultar el monstruo de su corazón. Desde ese momento, trató de conocerlos más a fondo.

Ella intentó acercarse al joven de a poco, para conocerlo, ver sus sentimientos dentro de él mismo, hacerlo sentir bien, estar más juntos cada vez, y compartir el cariño que en cierto modo le tenía... hasta que cierto día, él llegó a sentir el mismo cariño por ella. Pero esto le traería un gran problema: su conflicto con el monstruo que vivía dentro de él, por lo que el joven decidió luchar por expresar sus sentimientos, y en un golpe inesperado, fue capaz de expresarse sin miedo a nada, y se sintió bien, ya que la chica también sentía lo mismo por él.

Este joven, con la valentía que le daba esa chica, se dio cuenta que tenía un arma mucho más poderosa para combatir al monstruo, algo que el jamás había sentido por otra persona: Amor. Sin embargo, fue la misma chica la que le demostró que no debía usar ese amor para luchar contra lo que vivía dentro de él, sino que debía aceptarlo como parte de si mismo, ya que este monstruo solo quería cuidar sus sentimientos, y actuaba así por miedo. Fue así como esta chica dominó a la bestia que vivía dentro del joven.

De esta forma estuvieron mucho tiempo juntos, amándose, queriéndose, cuidándose; y aunque pasaron por muchas dificultades, siempre salían victoriosos. Sin embargo, empezaron a tener problemas, a verse menos, a distanciarse; y el joven con el monstruo empezaron a sentirse mal. El joven no pudo controlar la tristeza del monstruo en su interior, y llegó a hacer algo que juró a si mismo nunca hacer: hacerle daño a la chica. De este modo, al hablar con la chica, pensó que no podría seguir cerca de ella, ya que no querría hacerle daño más, asi que se separaron.

Pero el destino es capaz de dar vuelta muchas situaciones, y volvió a juntar a estos dos jovenes, dandoles la esperanza de que lo que sintieron y vivieron podría revivir, en especial el joven, que sintió que su vida comenzaba a mejorar, igual como era cuando había estado con esta chica antes. Pero de un momento a otro, esta chica se alejó del corazón del joven, dejando a éste y al monstruo desamparados, tristes y solos. Sin embargo, a pesar del sufrimiento y de los conflictos dentro del joven, éste había aprendído tanto con esta chica que, en vez de solo sufrir por querer estar con ella, aprendió que quería que ella fuese feliz; así que, aunque no le pudo decir a ella, dentro de él la dejó ser libre, idea que también compartió el monstruo en su interior, y que tranquilizaba a estos dos seres que, gracias a la chica, aprendieron a convivir juntos."

Dedicada a mi gran amada, que me ayudó a madurar en grandes aspectos en mi vida; y que a pesar de que aun la extraño, me alegra el que esté bien en su vida.

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