viernes, 9 de octubre de 2009

Aurora Boreal

Ella pasaba todos los días y todas las noches soñando que fuera de su ventana apareciera, en una noche estrellada, aquella majestuosa imagen que en los libros y en los vídeos le pareció maravillosa, por lo que siempre soñó con encontrarla en donde estuviese en el mundo. La vio por primera vez en un libro, describiéndola como un fenómeno único que cubría todo el cielo, dándole al paisaje una magia, una ilusión, una maravillosa tonalidad que jamás en la vida se podría encontrar en alguna otra cosa, que podría darle a cualquiera la motivación para vivir, la viese incluso en el momento de mayor penumbra de su corazón. Fue entonces cuando decidió dedicar su vida a conseguir, aunque fuese por un pequeño momento, tener esa imagen en su retina en vivo, contemplarla, y mantenerla de por vida... y solo tenía seis años.

Se dedicó a estudiar muy duro, a trabajar siempre que tenía tiempo para juntar dinero, a ser responsable y buena; para que en una de esas se le devolvieran esos favores en la posibilidad de realizar ese tan anhelado viaje. Estudió día y noche, tanto sobre su mismo sueño, como para tener buenos estudios y poder juntar dinero y realizar este sueño. Pero siempre mirando la ventana para ver si por casualidad aparecía frente a ella, e iluminándose cómo sería ese momento.

Vivió toda su vida esperanzada en que podría ver la majestuosidad de este fenómeno frente a sus mortales ojos, y desesperada estaba todos los días por llegar a ese momento. Hasta que un día algo inesperado pasó; un cuestionamiento, una idea que llenó de nubes su cabeza, y la dejó una semana encerrada dentro de sí tratando de resolver esa pregunta "Y después de cumplir este sueño ¿Qué le esperaría de la vida?¿Seguiría viendo y viviendo la vida con el enfoque que le da en ese momento?". Fue una pregunta muy difícil, ya que era todo lo que quería hacer en la vida, y no tendría otro motivo por en cual vivir; sin embargo, la respuesta para ella fue muy obvia: este sueño la hizo vivir experiencias que jamás pensó vivir, aprender cosas que muchas personas jamás aprenderán, ser una mejor persona con gente que ni siquiera conocía; así que mientras ese sueño se mantenga vivo al tratar de realizarlo, ella tendría la motivación para seguir cada día adelante. Y fue así como ella vivió cada día de una forma más intensa, a pesar de tener todos los medios para cumplir ese anhelado sueño.

Así pasaron los años, y ella siguió su vida. Encontró a alguien que la amaba y le respetaba sus deseos de vivir basados en ese gran sueño. Le contó de ésto a sus hijos y a sus nietos, de todo lo que había aprendido hasta ese momento, solo por seguir un sueño que perfectamente podría haber alcanzado, pero que ella misma lo hizo utópico para darle más magia y misticismo. Sus hijos y nietos vivieron de esa forma siempre con la idea de que un sueño te puede llevar a tener una maravillosa vida, por lo que un día quisieron pagarle por toda esa sabiduría en forma de un gran regalo.

Y así ella estaba llegando al ocaso de su vida. Una enfermedad la tenía comprometida a morir pronto por una falla en su corazón, así que su familia decidió darle su último y más merecido regalo antes de su partida. La subieron a un avión en una fecha exacta, cuando ella ya tenía 81 años, para llevarla al hemisferio norte, a presenciar la que ellos creían, por su progenitora, una de las maravillas más grandes que podría presenciar el hombre en su vida. Al llegar, prepararon todo para presenciar aquel hecho que marcaría las vidas de todos. Y llegaron justo cuando ella estaba al borde de la muerte, para darle una despedida ejemplar.

Ella mantuvo los ojos cerrados hasta el último momento, y cuando estaban listos ella y su familia, abre los ojos, y junto a todas las personas presentes, presencia un sueño que vivió en ella durante tres cuartos de siglo, y recordó completa y exactamente toda su vida, desde el momento en que a los seis años la vió por primera vez en un libro, todo ese esfuerzo, toda esa ilusión, esas noches estrelladas mirando el cielo, aquel beso en el altar que fue casi tan gratificante como el momento que estaba viviendo, hasta cuando le contaba a sus hijos y nietos sobre su sueño. Y ella finalmente pudo cumplir lo que ella misma transformó en utopía, y de sus ojos salieron las más puras lagrimas de nostalgia y alegría que podrían salir de una persona, llenando su corazón de un gozo que nadie podría sentir en su vida.

De esa forma ella falleció, teniendo la mejor y más feliz despedída que a una persona se le puede hacer, y llevandose como ultima imagen de su magnifica vida a Ella, su Familia, y la tan idealizada Aurora Boreal

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